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Mensaje por zorzal Jue 4 Feb 2010 - 1:56

Antes de empezar a leer estas líneas, amigos pajaristas y aficionados hacer constar lo que me ha inducido a publicarlo; son únicamente los conocimientos prácticos adquiridos desde mi niñez por mi gran afición a estas aves canoras, debido a lo cual he podido irlos, con los años, estudiando día a día la vida y costumbres del jilguero (carduelis o cardelino), que debe su nombre latino a que se posa en los cardos para su sustento, residentes en Europa, Asia, Persia y Africa, habitando y criando en la península.
Hago saber al aficionado que también contribuye esta publicación al deseo de dar normas y consejos a la gente inexperta, de su buen gobierno, alimentación, jaulas adecuadas que se necesitan, enfermedades que padecen estas avecillas y no sufran continuos martirios en sus prisiones.
No debe nadie ignorar que estas aves canoras, además de lo mucho que sufren por la pérdida de su libertad, ven aumentada su amargura por la falta de un buen gobierno, pues éste no consiste solamente en una esmerada limpieza y una buena alimentación a diario, sino también hay que ponerles de aquellas comidas que da el campo; ejemplo, cardos variados y semillas de diferentes clases según la época del año.
Toda ave enjaulada necesita una completa y diaria limpieza de la misma, para su salubridad y para que la misma se realice con suma facilidad es imprescindible el colocar en el fondo de la jaula una chapa de cinc, por ser este de gran duración y limpieza; el comedero deberá ser del mismo material, y el bebedero de barro, caolín o porcelana, para mantener el agua más fresca y limpia; su alimentación se cambiará diariamente, limpiando la caja o división donde esta vaya para evitar el acumulamiento de comidas y su fermentación, pues a parte de dar malos olores, sirve de cobijo al piojillo, igualmente se procederá con el recipiente del agua, ésta tiene que ser limpia, fresca y cristalina, renovándola si es posible un par de veces al día, sobre todo en tiempo caluroso, con el fin que el pajarito, a parte de saciar su sed, pueda bañarse y hacer su aseo.
Cuidándolo de la manera indicada, se observará que al mismo tiempo que goza de una perfecta salud y bienestar, su plumaje queda lustroso y limpio, con lo cual el pájaro le quedará sumamente agradecido al que lo cuida, incluso con el tiempo llegará a familiarizarse con éste, ya que toda ave enjaulada depende de quien la ha encerrado bien por capricho o egoísmo y es justo ser lo más humano posible con éste, para que de esta forma quede recompensado en parte el mal realizado.


CARACTERÍSTICAS Y MODOS DE GOBERNARLOS

El jilguero pertenece a la especie de los fringílidos; abundan en las países europeos y en nuestra Península; es una avecilla tan pequeña y de tan vistoso plumaje que se hace dificilísimo describir cumplidamente toda su belleza, variedad de sus trinos melodiosos y agradables por sus notas musicales. lámina, colorido de su plumaje y arrogancia en sus airosos movimientos; por su docilidad, alegra la mayoría de los hogares, siendo, por su alegría en los cantos su adaptabilidad a la jaula y sintiendo amor al que lo cuida; es uno de los más apreciados en nuestro País.
La vida de éste es en extremo simpática y atractiva para todo aficionado que haya estudiado psicología.
Esta clase de jilguero que vive y cría en el País Vasco, varía mucho del resto de la Península, por ser su tamaño más reducido y su colorido más apagado sin embargo sus cantos son mucho más sonoros, fuertes y airados y su apreciación con el resto se hace a simple vista dadas estas cualidades: planta o lámina más fina.
A éstos, debido a su arrogancia, les gusta bañarse todos los días, con frecuencia para su aseo y limpieza, en arroyos de agua limpia, corriente y cristalina y de poca profundidad, teniendo predilección por las corrientes en cortes de caminos o entre piedras, siempre y con preferencia a la sombra; tanto el del país como el vasco son muy fieles a la llamada de sus compañeros, por lo que debido a esta obediencia facilita mucho su caza por medio de liga en ramas o en bebederos, haciéndose grandes cacerías por mediación de redes con reclamo.
En general, estas aves miden. de la punta del pico al extremo de la cola, catorce centímetros de largo total, cinco corresponden a la cola; se agrupan, según el hábitat, donde haya abundancia de comidas predilectas para su sustento y poder sobrevivir; el pico es de un color rosado con una lista encima pardo grisácea, mide quince milímetros de largo; tiene la parte frontal de la cabeza rojo escarlata, con una franja ancha por la parte cimera negro azabache hasta el cuello, está dotada en cada ala o remera con diecinueve plumas negro azabache de ocho a dos centímetros de largas, de forma escalonada, con una banda o arista amarilla en cada pluma que les permite el sostenimiento y desplazamiento en el aire, que junto a las que tiene en la cola o timonera, de catorce centímetros de largas escalonadamente del mismo color negro azabache, con listas y plantillas blancas, les sirven para cambios de dirección; esto, unido a sus facultades tan portentosas q u e poseen siendo un ave tan pequeña, les permite hacer cortos y largos desplazamientos para procurarse sus alimentos; las patas están dotadas de cuatro extremidades o dedos largos articulados, que al posarse y flexionar su cuerpo sus tendones se encogen y cierran firmemente a la rama donde se posan, lo que les permite sujetarse fuertemente en el lugar indicado.
Estas aves canoras son comunes como sedentarias en nuestra Península porque permanecen todo el año en la región o localidad natal, y estivales cuando entran de otros sitios o de emigración y se quedan en época de crianza; gracias a estos colores tan llamativos, variados y vistosos, y a su vuelo continuo y ondulado, se les puede distinguir fácilmente y a simple vista.
Cuando se llaman estas aves fringílidas para reunirse y lo hacen, se transmiten información suficiente por medio de sus quejidos, modulaciones o gorjeos en sus cantos, anunciándose de los peligros que les acechan o dándose a entender dónde hay o pueden proporcionarse alimentos suficientes para su sustento; debido a estos y otros avatares de la vida diaria para subsistir, raramente se ven deambular solos por el campo, son muy reacios a hacerla, les gusta por lo regular estar siempre unidos a sus compañeros de especie por encontrarse más seguros para su supervivencia; habrá observado el aficionado que en los atardeceres, cuando se va cerrando el día, se ve a éstos en grandes bandadas, dando fin al festejo cotidiano de llenar el buche que les proporcione calorías suficientes para que les mantenga en una constante temperatura corporal durante la noche y no sufran y mueran debido a las inclemencias del tiempo; a esto se le denomina retirada;
la elección de parajes o sitios más adecuados que buscan estas aves para descansar se llama dormidero; lo hacen en las frondosidades de arbolados, todos reunidos, unos junto a otros con el fin de darse calor, si lo hiciesen por separado constituiría un problema, y más en sitio poco protegido; en noches frías significaría la muerte de estas avecillas; los lugares arriba indicados son los que les ofrecen las mayores seguridades contra las aves de rapiña.
Estos en la primavera empiezan a hacer su vida por parejas, dándose grandes muestras de cariño acariciándose con sus picos; en esta época del año es cuando el macho derrocha una gran energía y cuando más alegra con sus trinos arrulladores los lugares favoritos que ellos habitan: arbolados, jardines y huertos junto a caseríos o torres habitadas, poniendo una esmerada atención para que no venga ningún intruso que trate de molestarles e invadir su territorio, si lo hacen se enfurecen y encrespan haciéndoles frente, ya que son muy reacios a abandonarlo; la hembra, en estos avatares, desempeña la parte clave más importante: la elección del emplazamiento y la cooperación para la construcción del nido, éstos los hacen por lo regular en las copas de los árboles o ramas altas; hacia mayo terminan de construir sus finísimos nidos, éstos son redondos con el bordillo inclinado hacia dentro, con objeto de que en los posibles vendavales no puedan caerse los huevos o polluelos y se malogren, en cuya fabricación trabajan, tanto la hembra como el macho, en el acarreo de materiales, poniendo en este trabajo su mayor esmero y cuidado para que sus pequeñuelos puedan disfrutar de sitio seguro y cómodo; la construcción de éste lo hacen con musgo, hierbas secas y raíces, para el exterior, y en el relleno emplean plumas, crines y otras materias finísimas que les proporciona la Naturaleza.
En general estas aves crían dos o tres veces al año, según las circunstancias climatológicas, y sus puestas, regularmente, consisten de tres a cinco huevos, éstos son ovalados y de color blanco plomo verdoso, con motas pardas asalmonadas; su incubación dura de catorce a dieciséis días, según las inclemencias del tiempo pueden adelantarse o retrasar ésta, siendo el macho el encargado de ocupar el puesto de la hembra en el nido cuando ésta hace sus salidas para proporcionarse alimentos, sin perjuicio de que a veces el macho es el que se los proporciona cariñosamente durante dicho período; éste alegra con sus constantes y melodiosos trinos a la hembra durante parte del día cuando tienen sus pequeños para darle ánimo y fuerzas suficientes para que le sean más llevaderas sus horas monótonas.
Cuando la hembra está en condiciones o período de cría, los óvulos o huevos microscópicos contenidos en el ovario van aumentando de tamaño según van saliendo para ir formando las yemas del huevo, esto es posible por la penetración en la parte superior del oviducto, que es, una especie de muro y es allí donde da lugar y se produce la fecundación.
El proceso del óvulo fecundado a través del oviducto y su desarrollo final hasta convertirse en el huevo dura de 32 a 72 horas, según la especie; éste está limitado por el diámetro del oviducto por donde tiene que pasar para salir; al hacerlo es redondo cuando entra en el oviducto, pero su forma cambia al ser expulsado por la presión, y como ésta es mayor en el extremo delantero. es razón de que la mayoría de los huevos las aves tengan un extremo más puntiagudo.
El huevo es el germen de la vida del ave y también protector del embrión en su desarrollo; éste tiene dos fuertes membranas que rodean el contenido del huevo por una fina red de fibras que mantienen proteínas y sobre ellas se va formando la cáscara, cuyo composición es de un 35 por 100 de sales minerales y el 65 por 100 restante de piedrecitas y arenas que ingiere la hembra, procurando hacerla en la cantidad suficiente con el fin de dar la duricia necesaria a la cáscara, para que de esta forma proteja su contenido. La cáscara está adaptada de muchísimos cientos de poros existentes entre los tejidos, por donde penetra el aire con el fin de suministrar el oxígeno preciso al embrión, el cual está rodeado de vasos sanguíneos que le proporcionan el alimento.
El albumen o clara es un líquido compuesto por un 90 por 100 de agua, con una enorme capacidad para retenerla y una capa central gelatinosa unida a las membranas de la cáscara en cada extremo; esta capa amortigua los golpes que pudiera recibir la yema.
El albumen, chalazas y membranas de la cáscara se añaden antes de que el huevo llegue al útero, allí es donde el albumen absorbe agua y crece al máximo, formando una superficie resistente sobre la que deposita las sales minerales de la cáscara. Finalmente se junta la superficie exterior brillante con otras marcas pigmentadas antes de que el huevo sea expulsado por la cloaca.
Las membranas que rodean el huevo evitan que puedan penetrar en él muchas bacterias perjudiciales, y el albumen impide a su vez el desarrollo de cualquier germen que quiera introducirse en esa primera línea.
Al enfriarse el huevo después de puesto, se contrae ligeramente y las dos membranas de la cáscara se separan en el extremo más ancho, dejando una cámara de aire; el pollo, antes de salir del huevo, rompe esta membrana interior con el pico y respira el aire de esta cámara.
En el centro del huevo se encuentra la yema, compuesta de sustancias nutritivas para el desarrollo del embrión, que comienza como una célula germinal en su cara superior; aproximadamente la mitad de la yema está compuesta de grasas y proteínas, el resto es agua.
Cuando se mueve el huevo, la célula germinal permanece en la parte superior de la yema para que se desarrolle debidamente el embrión, esto se logra con la membrana vitelina que recubre la yema y se prolonga a ambos extremos de ella por un cordón trenzado llamado chalaza; los extremos de estas dos chalazas están unidas a las membranas de la cáscara.
La yema proporciona al embrión en desarrollo; el albumen amortigua los golpes protegiendo la yema y junto con las dos membranas de la cáscara impide la penetración de bacterias nocivas. La cáscara permite entrar al oxígeno, pero tiene resistencia suficiente para proteger su contenido. Por último, el huevo ofrece espacio suficiente para que el embrión pueda desarrollarse debidamente.
Debe de saber el aficionado que, dadas las cantidades y variedad tan exhorbitante de aves que pueblan la Naturaleza, y que el Creador dio vida a estas pequeñas criaturas para el acompañamiento y regocijo con sus dulces y armoniosos cantos a la humanidad, deben de ser respetadas con verdadero mimo.
Todas y cada una de ellas, por sus instintos progenitores de especies, hacen sus nidos muy diferentes unos de otros y en distintos sitios o lugares, de mayor o menor volumen, según sus contexturas anatómicas y sus puestas, así como el color de los huevos, empleando para estos menesteres y su construcción muy diversas y distintas clases de materias extraídas de la madre Naturaleza, e incluso llegan a martirizarse ellos mismos arrancándose plumas de sus cuerpos con el fin de rellenar sus nidos para que sus mimados hijuelos se encuentren bien abrigados y seguros para su supervivencia. Ejemplo: las golondrinas y la lechuza lo hacen en las paredes; la polla de agua y la perdiz, en la vegetación; las cigüeñas, en la copa de los tejados, torres o iglesias; los pico-carpinteros y el carbonero común lo hacen en las oquedades o grietas de árboles, etc., y otras variedades inmensas los construyen en los árboles colgados silvestres y frutales, y los huevos de distinto color, uno de ellos el del jilguero, que como la mayoría de las aves, son verdaderas obras maestras que, percatándose de antemano de posibles vendavales que a veces se ciernen u originan por causas atmosféricas, los construyen en las puntas de los árboles o ramas donde forma orquilla, entretejiendo sus finísimas fibras para que no haya posibles fallos en su construcción y se malogren sus polluelos.
Si tomásemos buena nota de la vida tan dura que estas avecillas llevan y les depara la Naturaleza, tan cariñosas y que ponen en su trabajo y menesteres todo su cuidado y esmero sin queja alguna, la Humanidad sería más consciente de sus actos, la vida en este globo terrestre se desarrollaría más unida, noble y humanitaria con nuestros seres queridos.
Habrá observado el aficionado que los nidos de estas avecillas, por lo general los hacen de forma cónica, con la finalidad de que a medida que van depositando sus huevos, uno por día. tengan tendencia a quedar juntos y ocupen el menor espacio posible, para que llegado el momento de la incubación les pueda dar el calor necesario a todos por igual para llevar a cabo una mejor incubación y la eclosión se verifique, a poder ser, al mismo tiempo, aunque a veces queda alguno retrasado por no haber tenido el calor suficiente durante su fecundación, aun teniendo muy en cuenta de irlos moviendo periódicamente con el fin de que guarden todos el mismo calor por igual; nacen a los catorce o dieciséis días. según las inclemencias del tiempo, contando desde el día inicial cuando se pone a incubarlos.
El lugar o hábitat donde estos hacen sus nidos son siempre elegidos de antemano por su abundancia de semillas. teniendo muy en cuenta que al nacer la prole les tendrá que atender constantemente y procurarles, cada vez que los pollos van creciendo, más comida en abundancia para su desarrollo y mantenimiento para sacarlos adelante; si éstos escasean tendrán que alejarse y no les podrán dar los alimentos necesarios, lo cual repercutiría en la pollada y éstos saldrían muy débiles.
Estos al nacer son una especie de bola de pelusilla del diámetro de un garbanzo, manteniendo constantemente unos latidos o movimientos tan sumamente sensibles como si fuese aire que soplase sobre la pelusa que los cubre; con los días ésta se les va cayendo y seguidamente en el mismo sitio o lugar les brota los cañones de donde saldrá la pluma.
La alimentación a sus polluelos, desde los primeros días de su nacimiento, consiste en darles mucho calor y a intervalos una papilla que sus padres extraen del buche, producida por la fermentación de los alimentos ingeridos con anterioridad, de esta forma van criando a sus pequeñuelos, hasta que éstos, bajo la vigilancia de sus padres, aumenten de tamaño, entonces los citados al desarrollarse bajo los mimos y cariño de sus progenitores puedan saltar del nido. Una vez éstos salidos, es el macho el encargado de velar por su seguridad y enseñarles a comer; para su aprendizaje los llevan por sus alrededores donde haya abundancia de semillas o cardos tiernos, dándoles a comer y a degustar al pico sus primeras comidas o bien introduciéndoselas, para que vayan aprendiendo a comer por sí solas; estos menesteres los hace también la hembra cuando sus ocupaciones se lo permiten, no perdiéndoles de vista y procurando no se distancien demasiado, cosa que la hacen a la perfección con sus constantes llamadas y trinos sonoros, para una vez conseguidos sus propósitos dedicarse con todo el mimo al lado de la hembra para la nueva incubación, sin perder por ello la separación de sus pequeños; terminada la crianza de todos ellos, allá por los meses de agosto o septiembre, éstos, que ya son adultos, van reuniéndose con otros de su misma especie, formando numerosos bandos y buscando nuevos campos de comidas, ya que en esa época del año escasean muchísimo. Hacia octubre, con la entrada de paso o emigración, se van reuniendo y preparando para hacerlo ellos también, aunque muchos de éstos, sea por el ambiente del clima o el cariño que le han tomado al sitio donde han nacido, se quedan para aparearse y volver a recriar, bien con algunos de sus compañeros o con los nuevos de paso que han entrado.
Pero no es éste todo su proceso, no, ni mucho menos, sino que todavía para llegar a ser adultos tienen que pasar por otra mudilla (pelechar), ésta más pausadamente que la anterior, ya que a medida que les van brotando las nuevas, éstas expulsan a las viejas, y así sucesivamente hasta llegar a pasar esta segunda mudilla con la cual sus colores de especie quedarán definitivamente aclarados.


Características del macho


Debe de saber el aficionado que dentro de las especies de aves canoras es el macho el que destaca por sus abundantes y melodiosos trinos, y también por el vivo colorido de su plumaje, su arrogancia y esbeltez, cabeza redonda, pico grande y recto y ojos grandes, el velo de la cabeza negro, el rojo que le cubre pasante del obispillo del ojo, troncos de las alas negro azabache, y plantillaje de las remeras y timoneras más abundantes y señaladas que la de las hembras. Hay que tener en cuenta que hay pájaros de paso machos, que tienen los troncos semejantes a las hembras, negro plomizo, sin embargo son machos bien declarados por su lámina, por eso es recomendable no fijarse en este detalle demasiado para su elección, sino ir a su certeza. El macho, aparte de las apreciaciones anteriormente mencionadas, tiene los bigotes negros y espesos alrededor del pico. Yo particularmente aconsejo que se mire, lo primero, la lámina del pájaro tan pronto se coja, siendo la de éste más arrogante y lustroso, cerrado de colorido, que junto a las características antes mencionadas le serán suficientes al aficionado para no tener duda y hacer una buena elección sin miedo a equivocarse.

Características de la hembra


Esta se destaca a la vista por finura y colores más apagados, ya que no tiene la brillantez en su plumaje de las características del macho. Cabeza alargada ojos pequeños, pico corto y velo de la cabeza negro jaspeado; los troncos de las alas son negro plomizo verdoso; e rojo de la cabeza corto, no lIegándle a pasar el ojo. Canta más bajo que e, macho y acorta muchísimo sus notas, no llegando nunca a terminarlas, aunque si las llamadas, quejidos o culios, que los modulan a la perfección.


LA EDUCACION

Estas aves de cría asimilan muy fácilmente los cantos de los demás pájaros y aun siendo adultos también los coger sobre todo en el período de la muda cuando se encuentran flojos, pero con muchísima más facilidad los primeramente indicados. No crea el lector que para su mejor educación es conveniente poner al maestro muchas crías, no, por la sencilla razón de que para llevar a cabo una educación completa, se necesitarían varios pájaros maestros y todos del mismo canto, y el trabajo para su observación se haría arduo y agotador, por lo cual recomiendo que para un jilguero «maestro» se pongan de dos a tres crías a lo sumo, con el fin de poderlas observar con más detenimiento cuando empiezan a romper el canto y apartar rápidamente la que tenga alguna nota o modulación desagradable que no guste al aficionado, de lo contrario todo el esfuerzo realizado durante meses resultaría valdío e inútil y no sacaría ningún pájaro con buen canto perfecto y a su gusto.
Con el fin de que el maestro siempre tenga una gran superioridad respecto a sus discípulos, se le pondrá en la parte primera de la cajonera, o bien en la ventana si no hay pájaros por sus inmediaciones que le distraigan y puedan asimilar su canto. Se pondrá en el lugar más apropiado para que pueda oír perfectamente las crías.
No es prudente que se vean, pues el «maestro» cantaría menos de lo normal, y al hacerlo, de un modo más excitado, embarullando sus notas y sacando defectos ocultos que nunca hubiera sacado de haberlo colocado de la forma arriba indicada. Así cantará más y mejor, con más pausa y sin excitación, dominando con sus trinos melodiosos a todos los demás.
Es recomendable tapar las jaulas de las crías con una funda de tela negra y fina, translúcida, para que encontrándose en penumbra queden quietas y no se distraigan, poniendo atención a las lecciones de su maestro durante la enseñanza, que durará dos o tres meses.
No deberán sacarse a la calle bajo ningún concepto; se mantendrán en el mismo sitio de su educación, o bien en una de las habitaciones más inmediatas a la del «maestro», sin que puedan oír otra clase de canto para que puedan asimilar mejor las que pretendemos que aprendan.
Una vez pasado el período de tiempo indicado, se les puede ir subiendo poco a poco la funda, en intervalos de días hasta llegar, pasado un tiempo prudencial, a quitárselas, con el fin de que no les cause molestias en la vista. Se deben poner aparte las crías que más gusten al aficionado y alejar o retirar las que no agraden, pues de lo contrario estaría expuesto a un trabajo baldío, ya que en los primeros días de su infancia asimilan con suma facilidad los cantos que oyen, siempre y con preferencia las notas malas, bien por tendencia que llevan dentro, o porque son más fáciles de pronunciar.
Hago saber que se puede educar a corta y larga distancia, siendo esta última la más indicada, porque ponen más atención y asimilan mejor las notas.

Advertencias


No es recomendable sacar las crías del año al campo, sino cuando sean adultas y tengan dos años, pues la impresión de nostalgia y tristeza que les produce el verde del campo o la naturaleza, y el ver a otros pájaros de su misma especie en libertad, los entristece de tal forma que llegan a dejar de cantar y comer, y enferman. Deberá sacárseles poco a poco para que se vayan haciendo a su cautividad.
Recomiendo también. cuando se enjaulan pájaros nuevos, que no se pongan a la claridad, ventana o balcón, sino tenerlos un tiempo prudencial, de quince a veinte días, dentro de casa, poniéndoles un trapo por encima de la jaula o dejándoles en penumbra, para que de este modo no se asusten y traten de escapar, y coman, beban y se vayan amoldando a su cautiverio con más tranquilidad.
Mucha gente se lamenta de que se les mueren muchas crías, y no es extraño, ya que no han tenido el cuidado necesario de un buen gobierno, y por falta de experiencia ellos mismos las matan. Por ejemplo, si cuando se compra un pájaro recién cogido se le mete en la jaula y se le saca a la ventana o balcón, éste, al verse en la claridad del día y encerrado, trata de escapar insistentemente hasta llegar a debilitarse y perder su fortaleza física de tal forma que queda inapetente. sin comer nada, lo cual aumenta y abrevia su muerte.
Debo hacer constar al aficionado que estas aves canoras son clasificadas por los buenos entendidos en la materia en tres fases, para hacer una buena selección antes de someterlas a cautiverio, teniendo muy en cuenta su procedencia, con la finalidad de ir mejorando la raza y educarlos a su criterio. Esta costumbre se va generalizando hoy por todos los aficionados, haciéndose notar el aumento cada año que transcurre.
Esto que para algunos de los aficionados no tiene la menor importancia, debo mencionar que influye muchísimo a la hora de encerrar un pájaro para someterlo a educación, ya que lo que se pretende es recopilar el canto del «maestro», y al poder ser alargado, en todas las aves canoras, incluyendo al jilguero, varía mucho su canto y fortaleza, según el lugar donde éste tenga su hábitat y cría.
Por ejemplo, si crían en arboledas de jardines o junto a caseríos, sus cantos los realizan normalmente cuando llaman a los polluelos, por la reducida distancia que los separa a unos de otros; sin embargo, si éstos crían y andan en campos libres, buscando su sustento, sus cantos tienen que ser emitidos más fuerte para llamar la atención de su prole o de sus hermanos de raza. Si, por el contrario, lo hacen junto a la costa y se habitúan a buscar sus comidas preferidas bordeando la playa, tienen obligatoriamente que esforzar muchísimo más sus trinos para dejarse oír por los suyos, ya que el ruido ensordecedor del mar agitado por las olas en las rompientes de las olas, apaga los trinos sonoros de estas avecillas. Una prueba de ello es que desde jóvenes se acostumbran a hacer sus llamadas más fuertes para hacerse oír por sus padres y hermanos, y cuando llegan a adultos mantienen el mismo tono de voz. Yo particularmente prefiero esta raza de pájaros para encerrar, ya que aparte de tener una lámina más fina, su arrogancia dentro de la jaula es más atractiva y su voz más portentosa; no así sus coloridos, que son más apagados que el resto, pero esto no desdice para nada a la hora de valorar un ave cantora.
Yo vengo realizando esto desde hace muchísimos años con unos resultados muy satisfactorios, y los que he llegado a sacar han sido de los llamados «de bandera», por. su portentosa voz y temperamento.
Tengo que mencionar que con estas cortas iniciaciones del canto, que expongo en otro capítulo, les serán suficientes a los aficionados para poder definir o catalogar lo que verdaderamente es doble o llamada en estas aves canoras como es el jilguero. No así al verdadero pajarista amante y exigente cuanto cabe, que notará que estos cantos están muy acortados; pero si lo hiciese como desean complicaría demasiado a los no entendidos, al verme obligado a extenderme demasiado en este escrito y tener que numerar todas y cuantas notas pronuncian estas avecillas, silabeadas y musicalmente definidas, incluyendo los descansos o silencios que emiten en sus repertorios alegres, armoniosos y atractivos. Por lo tanto, creo que con lo que expongo a continuación le será mucho más fácil al principiante entenderlo y poder catalogar y definir más fácilmente el canto del jilguero.
Habrá observado el aficionado que son contados los jilgueros que se ven en el campo deambular de un lado para otro buscando sus comidas predilectas; si esto ocurre, procuran agregarse a otros de distinta especie, como el pardillo y verdecillo, para que les lleven donde haya comida en abundancia, intentando hacer llamadas estridentes cuando están con éstos para atraer a otros de su misma especie, ya que tienen una gran preferencia por sus hermanos de raza, llegando a formar verdaderas bandas para localizar nuevos campos donde haya abundancia de cardos, su comida preferida.


EL CANTO

Se conceptuará doble todo canto empezado o rematado en chía o rechío. Los no terminados así, serán catalogados como llamadas. Ejemplo:

Dobles

Bilin bilin cas cas chío
Bilin bilin bilin rechío
TIbel tibel bel bel chio
Tibel tibel tibel rechío
Papachin papachin col col chío
Tribi tribi tribi cas cas rechío
Tribilin tribilin val val chío
Boli boli boli rechío
Bolin bolin bolin chío
Chival chival chival val rechío
Chivelé chivelé cus cus rechío
Bilin belé belé belé rechío
Bil bil cas cas chío
Tobolín tobolín tobolín rechío
Chip chip val val chío

Llamadas

Chi chi chichi chichi
Pi pipli pipli pipli
Pople pople pople
Bilin bilin cas cas
Tibel tibel tibel Papachin papachin col col
Tribi tribi tribi cos cos
Tribilin tribilin val val
Boli boli boli Bolin bolin bolin
Chivelé chivelé cus cus
Bilin bilin bilin belé
Cas cas cas cas
Chival chival val val
Chip chip chip val val


Tenga presente el aficionado que los remates, terminaciones o descansos de estas aves canoras, que tanta valoración tienen y tanto agradan al pajarista, están catalogados musicalmente por los entendidos en la materia en dos fases: rechío grueso y rechío delgado. El primero es el agudo, que suena con más fuerza y asiduidad en sus cantos dominantes, y con frecuencia en su terminación; el segundo, que es el grave o delgado, lo entonan cuando enlazan las cantadas.
Por eso, muchas veces se oye decir a los buenos aficionados: «Tengo un pájaro de buenas notas, dobles enlazados, bien terminados, o rematados en rechío.» y se enorgullecen de tener un buen pájaro después de tantos desvelos y sacrificios. No es para menos, si el canto se ejecuta bien y con limpieza; si, por el contrario, se repite, se conceptúa como falta defectuosa.
Estos giros son muy frecuentes en los híbridos de jilguero con canaria (mixtos), que debido a la sangre de la madre tienen modulaciones de su raza. Son muy dóciles, tanto para asimilar sus cantos como para imitar otros. Es aconsejable tenerlos siempre oyendo al maestro, pues de oír cantos diferentes pueden r los defectos.


Dobles enlazados


Se denominan dobles enlazados a los giros que al terminar se enlazan con un canto diferente, terminados y rematados en chío o rechío. Los dobles y las llamadas los ejecutan con frecuencia tanto cortos como largos.
Tengo que hacer constar que las crías de estas aves canoras, desde su nacimiento, emiten en sus lloriqueos, llamando a sus padres, unas modulaciones silabeadas que con el tiempo van tomando forma y aclarando hasta conseguir la nota o canto. Esto es muy difícil de apreciar y catalogar si no se ha estudiado minuciosamente su psicología desde el nacimiento y no se es experto en la materia. Ejemplo:

Tip tip tip
pip pip pip
chip chipchip val
chip chipval val
chival chival val val
pipli pipli pie
pep pep peplé
poplí poplí


Agarre, riña o sierra


La primera se conceptúa como falta leve, pues es dificilísimo que no la tengan los pájaros cantores. Se emite en el cambio o enlace de cantos, ya que debido a su rápida modulación se embarullan o entorpecen, y con el tiempo la adquieren definitivamente. No así la riña o sierra, que la emiten de entrada y entre sus cantadas con asiduidad los pájaros resabiados al encontrarse encerrados en sus prisiones. Buscan constantemente la pelea y son muy propensos a la desconfianza, pero son muy cantores por lo general y muy apreciados por los silvestristas como reclamos para el campo.
Estas aves están divididas en tres modalidades: maestro, apto para concursos y bueno como reclamo.
Los pájaros maestros por excelencia.
dentro de su especie como cantores, deben ser seleccionados rápidamente con el fin de que puedan enseñar a los demás parte o todas sus cantadas. Por lo regular no son aptos más que para la enseñanza, lo cual hacen a la perfección dadas las cualidades que poseen, pero no hay que caer en el error de pensar que el que es bueno debe serio en todas las especialidades. Yo particularmente me inclino por esta clase de pájaros, pero hace falta ser un buen pajarista experto, observador y conocer a fondo todas y cuantas cualidades y aptitudes posee cada pájaro, para asignar el cometido más apropiado a sus características.

Floreos y engaños ocultos


Estos adornos tan brillantes y llamativos que modulan con mucha frecuencia estas aves canoras, generalmente al empezar el canto, dan a entender de una manera muy especial una forma de saludo y un querer advertir de su presencia con sus quejidos o floreos. Esto que todas las diversas especies de aves hacen, en un ave tan pequeña como el jilguero, con su espléndido colorido, su esbeltez de plumaje y con la arrogancia simultánea de sus movimientos y adornos, es un verdadero despliegue de belleza si los floreos se realizan timbrados y limpios y enriquecen muchísimo su canto a la hora de valorarlo.
No ocurre lo mismo si éstos son apagados o de modulación mal sonante. Ahora bien, no hay que confundirlos y despreciar las grandes cualidades que presentan cuando se emiten como he indicado antes.

Picuhn Colio Colio
Pirilín Chipiculio
Chivilín Chivilín Culio
Tirulín Tirulín
Tribilín Tribilín Colio
Pirulín Pirulín Culio
Culio Culio Culio
Chipiculio Chipiculio

Pájaros de reclamo


Después de hacer una minuciosa clasificación se dejan para estos fines los pájaros más cantores, descarados y bulliciosos, que arrastran muchísimas faltas en sus cantadas y que son desechados por el buen pajarista para la perfección del canto; pero muy valiosos para los pajaristas que se proponen cazar.


PREPARACION PARA CONCURSOS


Primeramente, y antes de llevarlos a concursar, se clasifican los pájaros aptos para estos fines, ya que no es suficiente que sea buen cantor, sino que ha de reunir las condiciones precisas que se necesitan para este tipo de competiciones: ser buen cantor, sociable, valiente y asiduo en sus cantadas al enfrentarlo a otros de su misma especie para dominarlos.
La preparación se llevará a cabo con mucho tiempo de antelación a la celebración del concurso. Debemos sacarlos al campo para fortalecerlos, y tenerlos muy cerca de nosotros para darles confianza y observar detenidamente su fortaleza, canto, llamadas dobles, cuios, etc., clasificando los de más sonoridad y potencia. A éstos hay que moverlos con mucha frecuencia y sin desmayo si queremos participar en concursos e incluso optar a premio, buscando su docilidad.
Debemos tener en cuenta que cuando se presentan a concursar se les coloca muy cerca de las personas que acuden a presenciarlo, y si desconfían o se asustan dejan de cantar. Ahora bien, con un entrenamiento adecuado durante parte del año, como antes he explicado, se familiarizan y no extrañan estos cambios de ambiente. Cuando el pájaro está en su mejor momento para estos fines es en la temporada de celo, es decir, de abril a julio.

El chuin y el rechio

Son muchos y variados los criterios que se han formulado por los aficionados respecto a si el chuín o pin que el jilguero emite en sus repertorios es propio en él por naturaleza o es imitación del canto del pinzón, el carbonero común o el herrerillo, ya que son estas aves las que ejecutan y modulan estas notas con asiduidad desde sus orígenes. Tengo que aclarar, para que no haya malas interpretaciones, que estas notas son propias de la especie del jilguero, comprobado por las pruebas realizadas con una nidada de cuatro huevos que fueron retirados y puestos a una canaria para su incubación. Sacados los polluelos, dos machos fueron puestos aparte y separados cada uno en distinto sitio para que no oyesen, y cuál fue la sorpresa cuando rompieron a cantar y emitieron el chuín o pino También tenemos el caso de la experiencia que se hizo en el año 1935 con veinte jilgueros de los llamados migratorios o de paso, los cuales fueron minuciosamente separados y escuchado su canto con mucho detenimiento, resultando tener diecisiete de ellos chuin o pin y tres no lo tenían. Todo ello da a entender que estas notas le son propias al jilguero.
Al haber en el campo otros pájaros de su misma especie que no tienen estas notas, cuando ejecutan sus repertorios no emiten claramente el chía o rechío en sus terminaciones, y nos demuestran que dentro de su especie existen dos clases de modulaciones distintas en la terminación. Podemos compararlo a unos esquemas de dialectos, como ocurre en el lenguaje humano, y exactamente en algunas regiones españolas. Lo que sí puedo afirmar, sin lugar a dudas, es que los dos tienen el mismo significado y la misma finalidad de descanso.
La afición de Vizcaya, buscando siempre lo más difícil en la especialidad, eligió desde t i e m p o s inmemoriales el chía o rechío, creyendo que va más en consonancia con el canto. Estas notas las conservamos en la actualidad con mucho esmero y mimo los vizcaínos, pues es un legado de nuestros antepasados.


ALIMENTACION


Aparte de las muchas desavenencias y desacuerdos que reinan entre los aficionados a estas aves canoras sobre las comidas más apropiadas para el fortalecimiento, bienestar y subsistencia del jilguero, por experiencia y práctica propia yo puedo asegurar sin equívocos de ninguna clase que para que éste no se malogre durante el período de su crianza, es necesario darle una sobrealimentación para su fortalecimiento, como semillas varias mezcladas con alpiste y cañamones bien machacados hasta que termine la mudilla, momento éste - apropiado para hacer el cambio de alimentación de adulto, que dejo al criterio del aficionado.
En pájaros adultos es conveniente suministrar los cañamones enteros, ya que si bien los primeros días desperdician algunos, una vez han encontrado la manera de quitarles la cascarilla no tirarán ninguno y los tendrán siempre frescos.
De lo contrario, una vez cascados los cañamones, se queda ácido el grano de un día para otro, y produce en el jilguero trastorno digestivo.
Puedo afirmar que habiéndolos criado de la manera indicada, han llegado a vivir conmigo de doce a catorce años, siempre sanos. de naturaleza y fuertes de canto, lo que me ha proporcionado grandes alegrías y muchísimos triunfos en los concursos que se han celebrado. Los malos ratos o desvelos que me han ocasionado prefiero no relatarlos por mi gran afición, ya que con sus trinos melodiosos he sido transportado muchas veces a un paraíso inolvidable.
También conviene de vez en cuando que se les pongan otros alimentos que son de su predilección, como berzas, zanahorias, manzanas, que les refrescan mucho, cardos variados frescos y secos, pan, cardón, etc. Todo ello, por mucho que se les dé no puede perjudicarles, al contrario que la lechuga fresca o en semilla, que en abundancia puede producirles irritación y ocasionarles trastornos intestinales, por lo que debe suministrárseles en pequeñas dosis y en días alternos.
Hay muchas aves de esta especie que son especialmente glotonas, y no hay que olvidar que una excesiva alimentación es contraproducente para su salud, pues al encontrarse en un espacio reducido en su encierro, no hacen el ejercicio físico que requieren, y al tener mucha quietud engordan demasiado, produciéndoles inflamaciones, etc. Si esto ocurriera, hay que ponerlos en tratamiento medicinal rápidamente o llevar un régimen de comidas variado e indicado para estos casos. También es recomendable como medida preventiva retirarles el agua y ponerles leche, renovándola a ser posible dos veces al día, darles pan seco o mojado en la leche, y semillas variadas o cardos frescos. Llevando este régimen durante dos días, pronto se observará una gran mejoría, y el pájaro se salvará de una muerte segura.


JAULAS ADECUADAS


Recomiendo al aficionado que, a ser posible, las jaulas sean metálicas, por su gran duración y limpieza, o bien, hechas de maderas fuertes, duras y sin poros, como el fresno y ateca. El haya no deja de ser una de las maderas buenas y correosas, pero con la desventaja de su corta duración a causa del agua. Las otras indicadas son las más apropiadas, además de por su duración y dureza porque evita ciertas enfermedades que pueden atacar a los pájaros, como el acumulamiento del piojillo y otros gérmenes que se depositan en los poros.
Los palos deberán ser redondos, pues aparte de reducir su peso no les producirán deformaciones en los dedos articulados, guardarán más la estética y al frotarse al pájaro en éste para quitarse las comidas adheridas al pico, no le producirá rozaduras que a la larga serían perjudiciales.
La jaula queda al gusto del aficionado, para casa, campo o concurso. La caja del comedero debe hacerse de chapa de zinc, y deberá llevar dos separaciones con alambre, a fin de que el pájaro al comer no remueva con su pico la comida y pueda desperdiciar parte de la misma tirándola, y además para que cuando se deba sacar para renovar la comida no encuentre espacio suficiente para evadirse por las aberturas. El bebedero será de barro o caolín para conservar el agua más fresca, suprimiendo en lo posible los de cristal por sus reflejos, pues son muy perjudiciales en la época de celo. Cada jaula debe llevar uno o dos palos para que el ave pueda
posarse, guardando una distancia prudencial entre ellos si hay dos para que al realizar el pájaro sus movimientos no roce con su cola y desmerezca su arrogancia. Los palos pueden ser de eucaliptus o laurel, lo que beneficiará muchísimo al pájaro por sus propiedades medicinales.
También debe observarse que la jaula tenga unas medidas de altura apropiadas con el fin de que el pajarito se encuentre en su encierro bien erguido y no tenga que sufrir agachándose.


El espliego y su utilización


La «Lavandula Officinales», llamada comúnmente espliego, es una hierba silvestre que crece en los montes de nuestro país usada para fines medicinales, perfumes y colonias. Esta planta, de la familia de las labiadas, es de un fuerte olor aromático, dando unas flores azules, hojas anchas y redondeadas reunidas en espigas terminales; el cáliz es tubular y con cinco dientes. la corola bilabiada es de un color cerúleo violáceo, más larga que el cáliz y provista de glandulillas oleíferas.
Generalmente se emplea para fines estimulantes, friegas, etc.; por lo común se prescribe en forma de alcoholito o de vinagre; su esencia tiene acción parasitaria.


LA PLUMA DEL AVE

Ciertamente son muchos los aficionados que en la actualidad se dedican al cautiverio y mejoramiento del canto de estas aves canoras, pero muy pocos son los que han llegado a estudiar minuciosamente las características anatómicas de estos pájaros.
Las plumas están adheridas a la piel del pájaro, las que le preservan de las variaciones climatológicas, y son esenciales en la formación de las alas. Estas están formadas por plumas de distintos tamaños, como son las plumas remeras primarias, que son las más largas y las que le impulsan; remeras secundarias, las que le sostienen en el aire; remeras terciarias, algunas plumas que van insertadas en el brazo del ala; y las cobertoras son el resto de pequeñas plumas del contorno que cubren las bases interiores y exteriores donde se insertan las de mayor tamaño, sirven al ave para que no penetre el aire por sus coberteras, y así suavizar el vuelo.
La alula la componen un número muy reducido de plumas cortas que van adheridas a un punto determinado del llamado primer dedo del ala, sirven para controlar el aire y el descenso; y por último, las timoneras, plumas de gran importancia en todas las aves e imprescindibles para mantener el equilibrio y hacer cambios de dirección.


LAS MIGRACIONES


Uno de los aspectos de la vida de las aves que más ha intrigado y llamado la atención del hombre siempre han sido las migraciones. Cuando las flores y frutos empiezan a florecer en los campos, la llegada de los pájaros con su canto anuncia su apareamiento y crianza.
En la actualidad no se puede afirmar con certeza cómo y cuándo comenzaron las migraciones, pero hay una teoría que apoya que éstas empezaron al final del último período glaciar, y que al irse retirando los hielos lentamente, las aves extendieron su área de cría desde los trópicos hacia el norte, volviendo todos los inviernos al sur, por ser éste de un clima más cálido. Hoy, a pesar de las nuevas y modernas técnicas de anillado que poseemos para seguir sus rutas, y las meticulosas observaciones que se realizan, no se ha llegado a esclarecer con exactitud el destino exacto de muchas de las aves migratorias.
Los desplazamientos masivos, en general en una sola dirección, son migraciones de una población de aves, pero no se pueden considerar como tal todos los desplazamientos masivos que éstas hacen. Así ocurre con la dispersión, movimiento que se da en casi todas nuestras especies sedentarias. Otro tipo de desplazamiento, llamado irrupción, que tampoco se ajusta a la definición auténtica de migración, es el que realizan algunas especies septentrionales, que parten periódicamente de sus áreas de cría de los bosques del norte de Europa y se dirigen al sur y al oeste; estas irrupciones tienden a producirse cada varios años, y se cree son debidas a la consecución de un nivel de población muy alto, a la escasez de alimentos, o por ambas razones. La cantidad de pájaros varía considerablemente de una invasión a otra, y todavía no se ha determinado con exactitud el total de aves que participan en estas irrupciones y las que vuelven a sus territorios del norte.
En las migraciones hay cuatro grandes acontecimientos, la migración de primavera, la de otoño, la cría y la muda, y cada uno de ellos dura de cuatro a cinco semanas, dependiendo mucho de las inclemencias del tiempo.
El momento oportuno de la migración es de suma importancia para todas las aves, pues si llegan demasiado pronto al terreno de cría podrían perecer de hambre o frío, y si llegan tarde tendrían que reducir peligrosamente el tiempo de que disponen para criar y mudar el plumaje. La necesidad de emigrar, criar y el proceso de la muda están desencadenados por ciertas modificaciones químicas que se producen en el organismo del ave, y la causa de que el ave los realice en el momento oportuno se debe a esa especie de reloj biológico que poseen.
Con algunas especies sometidas a observación en grandes centros especializados se ha llegado a demostrar que estos procesos de muda o reloj biológico de las aves pueden adelantarse si se modifica la longitud del día mediante luz eléctrica.
Con la anticipación precisa, antes de emprender la migración las aves se alimentan con mayor cantidad que de costumbre siguiendo un esquema instintivo.
Se sabe con certeza que la cantidad de grasas acumuladas por el ave guarda relación directa con el número de horas que aproximadamente vaya a volar el ave sin descansar. En casos extremos incluso puede duplicar su peso antes de la partida, y se ha comprobado que un ave, por pequeña que sea, posee la suficiente energía como para volar sin descanso de 60 a 80 horas.
En las latitudes septentrionales, ante las crecientes temperaturas de la primavera se funden las nieves y se producen los deshielos, lo que provoca una gran explosión de insectos. Al mismo tiemp0 que la nieve va desapareciendo, deja a' descubierto muchas semillas e insectos que han permanecido enterrados como en un congelador natural desde el otoño anterior. Durante la época en que el ave cría a sus polluelos siempre hambrientos en estos parajes encuentra gran abundancia de comidas y alimentos para abastecer a sus crías.
En el variado programa migratorio de casi todas las especies de aves, existen frecuentemente diferencias que se basan en la edad, sexo y destino. Las primeras aves llegan mucho antes de terminar el verano en busca de mejores temperaturas; otras migraciones no aparecen hasta bien entrado el invierno, y algunos pájaros sólo se ven con los grandes fríos como los cisnes y ánades de todas las especies, reforzando de esta forma los efectivos de los invernantes habituales.
Por lo general son los machos los que parten primero y llegan al terreno de cría unos días antes que las hembras, lo que les permite delimitar un territorio sin el cual tendrían muy pocas probabilidades de atraer a la hembra.
En primavera y verano, con estas grandes migraciones de aves que se producen, los bosques se. ven más superpoblados que de ordinario con avecillas de variadas especies, que destacan sobre.
manera por la gran variedad de cantos y jolgorios que anuncian su presencia para escoger un hábitat tranquilo y acogedor, concretamente aquí llegan a los bosques Que pueblan la zona Cantábrica con sus pinares, robledales, castaños y su gran variedad de árboles frutales, ya que en ellos encuentran los últimos vestigios del Oeste 'europeo..Saludos.
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