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EPIGENÉTICA
2 participantes
Página 1 de 1.
EPIGENÉTICA
Muy buenas tardes apreciados compañer@s.
Se me ha ocurrido compartir con vosotros este tema dado que a mí al menos, me ha hecho reflexionar.
La gran mayoría de nosotros, año tras año intentamos mejorar resultados basándonos en la herencia más acorde a nuestros objetivos. Para ello solemos tener en cuenta la transmisión genética de unos determinados caracteres conocidos, a la hora de realizar los correspondientes emparejamientos.
Hasta aquí nada nuevo. Aunque siendo objetivos esto resulta más fácil cuando las líneas de trabajo hacen referencia al color. Siendo sin duda bastante más compleja la labor selectiva de los compañeros que trabajan con razas de canto.
Pero independientemente de las razas que trabajemos, si tomamos como ejemplo a los componentes de una misma nidada y analizásemos su genética (pensemos que todos son homocigóticos de una raza o color, puros), comprobaríamos que en un alto porcentaje, coincidiría en la mayoría de los hermanos. Resultado evidente dado que sus ancestros son los mismos.
Aplicando la lógica “todos estos deberían ser iguales”, pero todos sabemos que esto no es así.
¿Por qué?
Aquí es donde entra la “Epigenética”.
Para que todos lo entendamos y sin entrar en tecnicismos, podríamos decir que es la herencia que no está asociada al ADN, si no a unas sustancias químicas presentes en el momento de la fecundación en el óvulo y el espermatozoide implicados, que dependen de agentes externos.
Esas sustancias pasan a formar parte del embrión y pueden “activar” o “desactivar” determinados genes, influyendo en la forma de manifestarse.
Estudios recientes han corroborado que el nivel de estrés de las hembras en el momento del acoplamiento, hace que aumente el contenido de testosterona en el huevo y se retarde la eclosión e incluso se ralentice el crecimiento de los pichones.
Realmente poco se conoce sobre esta herencia, pero lo que sí se sabe es que la condiciona el entorno. No cabe duda que cuando se conozca más a fondo el “modus operandi “ de estas “llaves”, los avances en genética y medicina serán incalculables.
Quedándonos con el factor conocido, seguro que obtendremos mejores resultados cuanto mejor sea el ambiente de nuestros reproductores.
Y aunque esto parezca una obviedad, dado que una reproducción exitosa, únicamente se da en buenas condiciones. Seguramente sea la clave para que los buenos resultados se conviertan en excelentes.
Todo es cuestión de revisar nuestros métodos, fijarnos en el entorno de los progenitores de nuestros mejores resultados e intentar mantenerlos. Todo consiste en comenzar a fijarnos en detalles que hasta ahora pasábamos por alto.
Como siempre espero no haberos aburrido en exceso, y como no podía ser de otra forma se admiten réplicas.
Un saludo.
J.J.
Se me ha ocurrido compartir con vosotros este tema dado que a mí al menos, me ha hecho reflexionar.
La gran mayoría de nosotros, año tras año intentamos mejorar resultados basándonos en la herencia más acorde a nuestros objetivos. Para ello solemos tener en cuenta la transmisión genética de unos determinados caracteres conocidos, a la hora de realizar los correspondientes emparejamientos.
Hasta aquí nada nuevo. Aunque siendo objetivos esto resulta más fácil cuando las líneas de trabajo hacen referencia al color. Siendo sin duda bastante más compleja la labor selectiva de los compañeros que trabajan con razas de canto.
Pero independientemente de las razas que trabajemos, si tomamos como ejemplo a los componentes de una misma nidada y analizásemos su genética (pensemos que todos son homocigóticos de una raza o color, puros), comprobaríamos que en un alto porcentaje, coincidiría en la mayoría de los hermanos. Resultado evidente dado que sus ancestros son los mismos.
Aplicando la lógica “todos estos deberían ser iguales”, pero todos sabemos que esto no es así.
¿Por qué?
Aquí es donde entra la “Epigenética”.
Para que todos lo entendamos y sin entrar en tecnicismos, podríamos decir que es la herencia que no está asociada al ADN, si no a unas sustancias químicas presentes en el momento de la fecundación en el óvulo y el espermatozoide implicados, que dependen de agentes externos.
Esas sustancias pasan a formar parte del embrión y pueden “activar” o “desactivar” determinados genes, influyendo en la forma de manifestarse.
Estudios recientes han corroborado que el nivel de estrés de las hembras en el momento del acoplamiento, hace que aumente el contenido de testosterona en el huevo y se retarde la eclosión e incluso se ralentice el crecimiento de los pichones.
Realmente poco se conoce sobre esta herencia, pero lo que sí se sabe es que la condiciona el entorno. No cabe duda que cuando se conozca más a fondo el “modus operandi “ de estas “llaves”, los avances en genética y medicina serán incalculables.
Quedándonos con el factor conocido, seguro que obtendremos mejores resultados cuanto mejor sea el ambiente de nuestros reproductores.
Y aunque esto parezca una obviedad, dado que una reproducción exitosa, únicamente se da en buenas condiciones. Seguramente sea la clave para que los buenos resultados se conviertan en excelentes.
Todo es cuestión de revisar nuestros métodos, fijarnos en el entorno de los progenitores de nuestros mejores resultados e intentar mantenerlos. Todo consiste en comenzar a fijarnos en detalles que hasta ahora pasábamos por alto.
Como siempre espero no haberos aburrido en exceso, y como no podía ser de otra forma se admiten réplicas.
Un saludo.
J.J.
serinusserrano- Mensajes : 1818
Fecha de inscripción : 11/06/2011
Edad : 58
Localización : Ciudad Real
Re: EPIGENÉTICA
Como le das al coco Jose Juan, pues si, tienes mucha razón, a la hora de trabajar con genética y conseguir una evolución, no siempre se utiliza el campeón de una nidada que a obtenido un premio si no, un hermano o una hermana para trabajar en consanguinidad directa o indirecta.
Yo estudio ya menos el color, como sabreis me estoy dedicando casi en exclusivo al gloster y este tema se tiene muy en cuenta a la hora de meter sangre nueva o trabajar una línea.
Respecto a las modificaciónes genéticas producidas por el estres nunca me habia parado a pensar en ello, pero creo que tienes toda la razón, que si le sumas el estado fisico del ave puedes obtener diferentes resultados.
En fin, que uno no se acuesta sin saber algo nuevo.
Saludos amigo.
Yo estudio ya menos el color, como sabreis me estoy dedicando casi en exclusivo al gloster y este tema se tiene muy en cuenta a la hora de meter sangre nueva o trabajar una línea.
Respecto a las modificaciónes genéticas producidas por el estres nunca me habia parado a pensar en ello, pero creo que tienes toda la razón, que si le sumas el estado fisico del ave puedes obtener diferentes resultados.
En fin, que uno no se acuesta sin saber algo nuevo.
Saludos amigo.
CAMPOY- miembro veterano
- Mensajes : 1324
Fecha de inscripción : 29/12/2009
Edad : 39
Localización : Barranda,Caravaca de la Cruz (Murcia) C.N. 2B-33
Re: EPIGENÉTICA
Así es Antonio, siempre hemos tenido muy en cuenta el estado físico de los reproductores pero no tanto el psíquico.
Aunque ambos estados están muy relacionados, "mens sana in corpore sano". No siempre tenemos que pensar en un estres patológico.
Probablemente cuando apareamos a reproductores con diferentes grados de encelamiento, estemos provocando incoscientemente altos índices de estrés en alguno de los miembros. Y estos cuadros estresantes de corta duración no suelen alterar el estado físico.
De igual modo pienso que cuando se comparte un macho con varias hembras, esté incrementará de forma muy notable sus niveles de testosterona. Seguramente con esta práctica, al alterar su conducta monógama, le estaremos privando del relajo que de forma natural disfrutaría.
Sería bueno que los compañeros que se dedican a las razas en las que las mutaciones géneticas no tienen un peso especifíco, (sobre todo las de canto) nos aportasen sus experiencias y si han evidenciado algo en este sentido.
Por lo que el tema queda abierto e invito a todo aquel que quiera opinar al respecto.
A ver si entre todos, podemos sacar nuevas conclusiones en pro de esta formidable afición que nos une.
Un saludo.
Aunque ambos estados están muy relacionados, "mens sana in corpore sano". No siempre tenemos que pensar en un estres patológico.
Probablemente cuando apareamos a reproductores con diferentes grados de encelamiento, estemos provocando incoscientemente altos índices de estrés en alguno de los miembros. Y estos cuadros estresantes de corta duración no suelen alterar el estado físico.
De igual modo pienso que cuando se comparte un macho con varias hembras, esté incrementará de forma muy notable sus niveles de testosterona. Seguramente con esta práctica, al alterar su conducta monógama, le estaremos privando del relajo que de forma natural disfrutaría.
Sería bueno que los compañeros que se dedican a las razas en las que las mutaciones géneticas no tienen un peso especifíco, (sobre todo las de canto) nos aportasen sus experiencias y si han evidenciado algo en este sentido.
Por lo que el tema queda abierto e invito a todo aquel que quiera opinar al respecto.
A ver si entre todos, podemos sacar nuevas conclusiones en pro de esta formidable afición que nos une.
Un saludo.
serinusserrano- Mensajes : 1818
Fecha de inscripción : 11/06/2011
Edad : 58
Localización : Ciudad Real
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